Hoy, 26 de julio, es el Día de los Abuelos. Un día dedicado a ellos por su apoyo incondicional a los padres trabajadores, por su amor a los nietos y su sonrisa de oreja a oreja cada vez que nos ven entrar por la puerta.
Mis abuelos son los mejores del mundo
Todos los días deberíamos de celebrar el Día de los Abuelos. Ellos están en todos nuestros recuerdos, fiestas, comidas o vacaciones.
Son los reyes de los «mega bocadillos», ya sea en el desayuno, los días de playa o a la hora de merendar.
Son los que provocan el alegre grito de “¡abuelo o abuela!” de los niños a la salida del colegio, los que compran 3 kilos de pan para la comida y nos dan un trocito de camino a casa.
Los abuelos son los únicos capaces de hacernos reír o llorar con sus historias y batalleos, de sacarnos una sonrisa en los días más tristes, e incluso, de hacernos pensar en el buen camino de nuestras decisiones.
Los abuelos son los que siempre tienen preparado el aguinaldo para los nietos en cualquier época del año y los tápers de comida para los padres.
Su experiencia ilumina los misterios de la vida. Tienen remedios y potingues curativos para todo, y la habilidad de sacar un plato de comida para 10 personas de la nada en 5 minutos.
Nuestros abuelos son demasiado grandes para dedicarles un solo día porque, gracias a ellos, también somos quienes somos hoy. ¡Feliz día ahora y siempre!
Dedicado a todos los abuelos del mundo y, en especial, a nuestro abuelo Polvillo.